Igual que ocurre en la piel, el envejecimiento afecta al cabello. Con los años disminuye la circulación sanguínea en el cuero cabelludo y con ello el aporte de vitaminas y oligoelementos que nutran al cabello.
Os explicamos cuales son los síntomas de este proceso:
Debilitamiento: el envejecimiento hace que el pelo se vuelva más fino, frágil y débil que se rompa con facilidad y que aparezcan puntas dobles y quebradizas.
Perdida de volumen: al volverse más fino la melena pierde volumen y densidad.
Deshidratación capilar: es habitual que a medida que pasan los años el cabello se vuelve más seco.
Brillo: no es el único factor, pero la edad también hace que el cabello pierda su brillo natural y se vea opaco.
Mayor caída: aunque la caída del cabello pierde deberse a otros factores ( genéticos, medioambientales, estrés...) es habitual que se acentúe con la edad.
Menopausia: los trastornos hormonales que trae consigo esa etapa en la vida de la mujer, también debilitan el cabello.
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